martes, 23 de octubre de 2007

Japón está aprendiendo a reirse

Noticia muy interesante encontrada por una maga periodista

Reacios a expresar sus emociones, con fama de inescrutables, los japoneses están creando escuelas de la risa y están estudiando el tema a nivel universitario para ver el efecto que tiene sobre la economía.

El interés es tal que hasta han fundado un Instituto Japonés de la Risa. Su director, el profesor de sociología de la Universidad de Kansai, Yogi Kimura, asegura que en cuestión de meses tendrá lista una máquina que nos permitirá medir cuán graciosa es una broma, más allá de que nos riamos o no. De manera que si en una ceremonia oficial estamos partiéndonos de risa, pero no podemos expresarlo, la máquina de Kimura podrá medir con precisión el grado, voluntario o no, de comicidad del discurso.

Producir risas
Compañías como Sony y Olympus se están poniendo al día con el tema y destinando más fondos de su presupuesto al estudio y "producción" de la risa. Las dos compañías han puesto a la venta cámaras digitales que sacan automáticamente fotos apenas capta que alguien que está enfocado se ríe. Sony planea producir unas 35.000 de estas cámaras de la risa por mes para el mercado japonés. Otras compañías están creando programas informáticos para medir no sólo la intensidad sino la calidad de la risa.

Se asegura que la risa es dinero a la hora de vender un producto. "Las sonrisas son como el agua embotellada y el té. Tradicionalmente, nadie pensaba que había que pagar por consumirlos. La gente entiende que la sonrisa puede servir como lubricante a la hora de cerrar un negocio"

Dice Jodorowsky, basándose en un pensamiento del filósofo Ludwig Wittgenstein que: "El saber y la risa se confunden"
¿Por qué no ir a buscar la sabiduría en el arte literario más humilde de todos?: el chiste. ¿Por qué no tratar estos cuentos como si fueran textos iniciáticos? Son anónimos, tienen por finalidad provocar la risa sanadora, hunden sus raíces en el inconsciente, transportan un sentido crítico y una filosofía natural....

Añadiremos a la noticia un par de cuentos interpretados por Jodorowsky:

La inquilina de un gran inmueble va a la clínica a visitar a la conserje del edificio, que acaba de parir.–Si me lo permite –dice asombrada la inquilina–, le voy a hacer una pregunta indiscreta: es usted soltera, ¿verdad?–En efecto –responde la conserje.–¿Y quién es el feliz papá de este nene?–Sobre eso –contesta la conserje– no sé nada en absoluto. ¡Usted sabe perfectamente que, cuando limpio las escaleras, estoy demasiado ocupada como para darme la vuelta en cada ocasión!

Comparemos este chiste con una historia del sabio idiota Mulá Nasrudín, considerada por ciertos maestros sufíes como iniciática:

Mulá Nasrudín, sentado a la sombra, mira el camino en tanto que su mujer, sentada a su lado pero vuelta de espaldas, mira hacia el otro lado. De pronto, ella comenta a su marido:–¡Cuánta belleza! Hay muchos pájaros y las nubes son maravillosas. ¡Es un paisaje espléndido!–Te equivocas, como de costumbre. ¡Es un paisaje triste: por mi lado no hay nubes ni pájaros! –gruñe Nasrudín.


El hombre no hace el menor esfuerzo por mirar hacia el lado de su mujer, se limita a ver su mundo. Del mismo modo, la conserje no presta ninguna atención a lo que ocurre a sus espaldas. Ambos se ocupan exclusivamente de su limitado punto de vista, y lo que sucede a su alrededor no les concierne. Sin embargo, sufren las consecuencias de ello.

En resumen, entre humildes y geniales cuentecillos, más de una vez, asoma el brillante astro de lo sagrado.

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